domingo, 25 de noviembre de 2007

HARDCORE SUPERSTAR - Dreamin' In A Casket


Si hay algo que valoro de Hardcore Superstar es su elogiable capacidad para ir contra corriente. Si con sus primeros discos se enfrentaron a la ira de Backyard Babies, que les acusaron de clones suyos (opinión que nunca compartí) y les regalaron las antipatías de muchos fans de Dregen, paso a paso han ido alejándose del circuito escandinavo y de aquellas iniciales influencias del sleaze americano para, casi nueve años después de su nacimiento, llegar a un disco tan mágico y a la vez tan difícil como Dreamin’ In A Casket. E insisto en lo de “difícil” porque sé que muchos fans se habrán quedado descolocados al darse de bruces con la labor guitarrera de Silver Silver, que ha optado por un sonido más cercano al heavy de los 90 que al glam-punk de los 80, o por las abrasivas cuerdas vocales de Joke Berg, más anticomerciales que nunca. El caso es que, por un motivo u otro, éste se convierte en el disco más inaccesible de la banda, el que va a necesitar de muchas escuchas y aún más comprensión para asimilar el cambio radical de los suecos, el que, pese a temas más melódicos como “Silence For The Peafully”, “This Is For The Mentally Damaged”, “Sensitive To The Light” o “Spreadin’ The News”, se mueve en los terrenos más salvajes que los Hardcore hayan pisado nunca. Pocas veces se había permitido la banda tanto cambio de ritmo ni había dejado tanta libertad de acción a la batería de Magnus Andreasson, pieza importantísima en todo el álbum y base perfecta para uno de los discos más corrosivos y completos que me he echado a la cara en años

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