Poco más de treinta minutos para dejar clarito que White Diary no fue un espejismo.Los noruegos Silver mantienen casi intacto el planteamiento sobre el que cimentaron su álbum debut y nos ofrecen otra descarga de adrenalina que no es más que un sentido homenaje al punk de toda la vida (pese a que puedan darse el capricho de juguetear a ser The Beatsteaks en un tema como “Son Of Sam”). Pero, en general, el disco se basa en unos cuantos patrones que poco varían (canciones breves, intensas, corrosivas, las cuerdas vocales de Blanco siempre a punto de quebrarse) y, mediante un planteamiento simple pero efectivo, llegan a un disco que iguala en honestidad a White Diary pero que, en esta ocasión, no tiene pegas para agarrarse ahora sí, ahora también al hardcore de la vieja escuela (acertado distanciamiento de las bandas paisanas).
Hay dos temas concretamente, “Dogs & Locusts” y “The Personal Decay”, que son la mejor carta de presentación de World Against World y que resumen en sí mismos lo que Silver pretenden para el presente actual: dejar atrás las influencias de Hanoi Rocks, muy presentes en el primer disco, y la búsqueda de un endurecimiento que les aleje de la escena local y los clichés viciados. Y de momento, parece que les funciona.
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