martes, 20 de marzo de 2007

La pesadilla de Darwin


Otra gran película, en este caso documental, que pasó bastante desapercibida por nuestras carteleras hace ya dos años fue "Darwin's Nightmare" (La pesadilla de Darwin). Dirigida por Hubert Sauper, nominada al Oscar y ganadora del premio al Mejor Documental Europeo o el César a Mejor Película, entre otros, la película nos lleva hasta el Africa profunda: Tanzania. Allí, en los años 60, los soviéticos realizaron un "pequeño experimento" en el lago Victoria. Introdujeron una especie ajena a este habitat, la perca del Nilo, que resultó ser un devorador insaciable y en sólo unos pocos años, se ocupó de que desaparecieran el resto de las especies que allí habitaban y se convirtió en la ama y señora de la reserva de agua dulce más grande de Africa. Esto no sólo supuso un desastre medioambiental que modificó de forma inapelable el ciclo natural de la fauna de la zona. Trajo, además, mucha más miseria y pobreza a los miles de personas que vivían precisamente de la pesca (y que, además, se alimentaban de ella). Los soviéticos encontraron en la operación el negocio del siglo, y no es para menos: se hicieron con la piscifactoría natural más grande del mundo, empezaron a exportar a decenas de países los cotizados filetes de perca (que, por supuesto, nunca pasaban por las bocas africanas) y, para justificar su indecencia, basaron su presencia allí en la creación de empleo local (pagando a los tanzanos que trabajan en sus fábricas sueldos irrisorios).

Por supuesto, esta situación no hubiera podido darse si el propio gobierno de Tanzania no sacara partido de ello. Mientras del país salen aviones rusos cargados de pescado, otros tantos aterrizan con otro tipo de mercancía en sus entrañas: armamento que la mayoría de las veces recala en las guerrillas de los países vecinos, Sudan y Congo.
Con escenas crudas que deberían remover la conciencia de cualquiera que esté frente a la pantalla - inolvidable los millones de cabezas de pescado en estado de descomposición, desperdicios de los ricos, que constituyen el menú diario de muchos tanzanos, o la pelea entre dos niños por un puñado de comida -, "La pesadilla de Darwin" nos escupe a la cara los problemas de Africa que los occidentales nos encargamos de fomentar y mantener: el SIDA, aqui omnipresente por la cantidad de prostitución que se da en los alrededores del lago, dirigida principalmente a los pilotos rusos, los abusos sexuales, niños que se evaden de la realidad esnifando cola líquida, la falta de oportunidades (ese vigilante que consigue su trabajo a costa del asesinato de otro), el hambre, la guerra y la enfermedad... Sauper, desde un papel casi secundario como director, cede absolutamente todo el protagonismo a los protagonistas de semejante drama (no hay música melodramática ni exageraciones tremendistas, sólo la pura realidad). Y lo hace alternando declaraciones de unos y otros, que cuentan de primera mano y asumen con resignación el papel que les ha tocado vivir, cientos de testimonios que deberían sonrojar al mundo occidental por obligar a vivir a millones de personas sin la más mínima dignidad. Porque ya es hora de llevar la contraria a Darwin y demostrar que no siempre el pez grande se come al pequeño, que hay fórmulas para escapar de los poderosos y que la especie sobreviva.

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