lunes, 2 de abril de 2007

Salaam Bombay



Hoy lunes, para inaugurar la semana bloguera, me he decantado por Salaam Bombay , una película que, pese a estar estrenada y editada en España, es una semidesconocida para el público de nuestro país. Sin embargo, si a muchos de vosotros se os mencionase La boda del monzón, entonces sí, probablemente más de uno os situariais un poco más al oir hablar de la directora Mira Nair, en el que fue su primer largometraje. Era el año 1988.

¿Por qué rescatar ahora Salaam Bombay? Por dos motivos. Uno es que Mira se encuentra en la pre-producción de su nueva obra Shantaram, que llegará a las pantallas en 2008. Basada en la autobiografía de Gregory David Roberts, una australiana que huyó de prisión para esconderse en los tugurios más lúgubres de Mumbai (antes Bombay) y su relación con los bajos fondos de la mafia india. El segundo motivo es que precisamente estos días estoy leyendo Maximum City:Bombay Lost And Found de Suketu Mehta, novela que no sólo rebusca entre los cimientos sociales y culturales que han dado forma a una de las mayores urbes del mundo sino que también centra buena parte de su esfuerzo en descubrir cómo se mueve el crimen organizado en Bombay.

Los que se sientan plenamente ajenos al cine indio y no quieran entrar directamente al fenómeno Bollywood puro y duro, pueden utilizar como puente entre el cine occidental y el hindi películas como esta Salaam Bombay o Lagaan: Erase una vez en India. Si nos centramos en Salaam Bombay, tiene pocos puntos en común con la poderosa industria bollywoodiense. No hay números musicales, es más, me atrevería a decir que la banda sonora es, desgraciadamente, pésima (los primeros minutos de metraje están amenizados con los sonidos más netamente "made-in-baladas-de Los Chichos-horteras"). No existen los héroes ni las heroínas, sólo perdedores engullidos por las miserias de una ciudad que devora a sus propios hijos. Y lo más parecido a una historia de amor es la relación corrupta y podrida entre una prostituta sin destino ni futuro y un hombre abominable que en realidad quiere a otra mujer. Tal vez sus siguientes películas - Kamasutra, una historia de amor y La boda del monzón - sí fueron intentos dulcificados de llevar a Occidente una versión light del cine que arrasa en la India y buena parte del sudeste asiático (y aún así, pese a ese tufillo comerical, reconozco que son dos de mis películas favoritas por su espontaneidad y ese encantador aroma a comedia hindú). Pero Salaam Bombay no es una invitación a la fantasía, a los cuentos de hadas, a los lujos, a la búsqueda del amor. Es un paseo por los bajos fondos indios, a través de los ojos de un niño que no entiende lo que ocurre. Le rodean millones de personas desesperadas, ladronzuelos, prostitutas, proxenetas, estafadores, niños explotados.Y la excusa para el argumento del film: reunir 500 rupias para volver al pueblo con su familia, huir del horror para volver a otro horror menos malo. El retrato de una India que se devora a sí misma, con cada vez más bocas que malalimentar, mientras las grandes empresas de informática de Bangalore ganan diariamente millones de dólares en beneficios. Qué suerte tuvimos de que Mira se atreviera a mostrar las diferencias entre unos y otros, todos habitantes del país más paradójico del mundo.

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