Tal vez la salida de Kristy “Krash” Majors de Pretty Boy Floyd fue dolorosa en su momento pero, a la larga, vean ustedes la carrera posterior de uno y otros. Mientras los de Steve Summers tardaron 14 años en grabar un nuevo álbum mientras vivían de las rentas de Leather Boyz With Electric Toyz, Kristy va ya por su cuarto disco, tras la edición de los no menos interesantes The Devil In Me, Good Bye Rock N’ Roller y su particular tributo a Ramones con For Those About To Sniff Some Glue.
Glam rock fresquito, sin complicaciones, pero con la suficiente amplitud de miras como para que encuentres guiños a bandas tan dispares como Goo Goo Dolls, Dad’s Porno Mag o los Backyard Babies de “Star Wars”, sin perder nunca sus cimientos en el bubblegum glamero americano… a fin de cuentas Majors fue, junto a su gran amigo Keri Kelli, uno de los pioneros del género. Treinta y cinco sabrosos minutos que reavivan la llama de históricos como Big Bang Babies, Scarlet Fever o Ana Black. Un disco que sus ex compañeros de Pretty Boy Floyd debieran tomar como referencia porque así es cómo un estilo envejece: con clase y dignidad.
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